Tengo días que no sé por qué no tengo fuerzas para dibujar y mira que es fácil coger un bolígrafo y dibujar lo que tienes delante. Me pongo la excusa de que tengo otras cosas que hacer o que tengo mucho trabajo. En cambio hoy he visto la crema de afeitar cuando he terminado de afeitarme y he sentido la necesidad de dibujarla. Debe de ser que desde ayer estoy pensando que tengo que continuar dibujando objetos sencillos.
Una tarea que me resulta difícil es la proporción. En este caso la referencia que he tomado ha sido el tapón.
Analizando cómo dibujo, he observado que siempre empiezo realizando una línea que veo que se destaca, ya sea horizontal o vertical. Así marcaba la altura que tenía el objeto. Pero al dibujar no me salían bien las demás partes correctamente, tenía que corregir. No termina de ser práctico para mí.
Al encajar una imagen que generalmente es má pequeña marcaba la altura y la anchura, sin embargo, no terminaba de servirme totalmente de referencia. Tenía que poner cada uno de los elementos que tiene el dibujo y te hace falta establecer relaciones de proporción entre todas las partes. Sin embargo, me ha pasado varias veces que dibujo primero una parte completamente y me ayuda a marcar el tamaño de las demás. Me sirve de medida. Me pasó con el dibujo de la
máscara africana. Marqué la línea vertical pero fallé en el tamaño, tuve que corregir la altura. Al realizar la nariz, cada una de las parte se adaptaron a esa referencia.
A veces tengo la sensación de que ya tengo cogida las relaciones entre las partes pero cuando estoy dibujando cambian. Es como si tu mente mirase de una manera la primera vez y cuando vuelves a mirar de nuevo fijandote en otras partes cambiara.